Mantener el equipo de trabajo unido y en sintonía con los objetivos de la empresa no es novedad que es de extrema importancia para las empresas. Sin embargo, algunas situaciones parecen huir al control, como los comportamientos inadecuados de operarios que no parecen estar en el mismo nivel de implicación que los demás. Las llamadas “naranjas podridas” pueden no parecer problemas, pero son, en la verdad, de acuerdo con especialistas, consecuencias, muchas veces, de la propia política de relaciones de las empresas.
De acuerdo con el profesor Maestro en Administración de Empresas de la Universidad Feevale (Novo Hamburgo/RS) y ex-consultor del Sebrae/RS, Gilberto Veppo, no hay una receta para identificar con primacía este perfil de profesional. Sensibilidad y percepción agudizada son ingredientes esenciales para los líderes, en ese caso. Por lo tanto, más que un profundo conocedor técnico en los sectores de calzados, accesorios, máquinas, cueros o componentes, se exige de los líderes experiencia en el área de relaciones humanas. “Él debe tener visión sistémica y habilidades necesarias para interpretar y evaluar los hechos que ocurren en la empresa en todas las áreas, principalmente en la implicación con las personas”, destaca el profesor.
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